sábado, 8 de noviembre de 2014

martes, 14 de octubre de 2014

Taller de Gráfica Popular.

En abril de 1937 se creó el Taller de Gráfica Popular, grupo de grabadores que decidieron apoyar e impulsar las causas populares mediante la producción de carteles y volantes, de mantas para las manifestaciones callejeras y telones para los mítines; de letreros e ilustraciones, de folletos y álbumes temáticos, así como de periódicos con las tradicionales calaveras del día de muertos, dibujos y hasta la decoración de carros alegóricos para los desfiles obreros y antifascistas.

El TGP surgió como una sección del Taller Escuela de Artes Plásticas de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, la LEAR, a la que sobrevivió después de la extinción de ésta en 1938. Desde su nacimiento, la Gráfica Popular, como también se conoce a la institución, recogió e hizo suya la dilatada herencia del grabado mexicano, que en su árbol genealógico tenía caricaturistas e ilustradores de la talla de Joaquín Giménez El Tío Nonilla, Constantino Escalante, Hesiquio Iriarte, Santiago Hernández, José María Villasana, Jesús T. Alamilla, Gabriel Vicente Gahona Picheta, Manuel Manilla y, por encima de todos, José Guadalupe Posada, patrono del grabado mexicano cuyo influjo marcaría la vida del Taller y su producción.



En las estampas del Taller de nuevo cobró fuerza la intención didáctica, presente desde el siglo XVI en la imaginería evangelizadora, e incitados por la fuerza de la Revolución mexicana, apenas a 20 años de promulgada la Constitución de 1917 y en pleno fervor cardenista, los artistas pusieron sus afanes en un arte politizador, capaz de exaltar los valores nacionales, el indigenismo, la educación popular, el agrarismo, la gesta petrolera o la organización sindical; un arte que mostraba sin rodeos las fobias jacobinas de los talleristas y su disposición para combatir las amenazas internacionales y los horrores del fascismo.






Alfredo Zalce Torres

Alfredo Zalce Torres nació el 12 de enero de 1908 en Pátzcuaro, Michoacán, y es considerado  como uno de los artistas más destacados de México. Su trabajo como grabador, pintor, escultor y muralista, muestra el panorama humano y social, a traves de la representacion de paisajes, mercados rurales, mujeres indígenas y animales de la región. 



A la edad de 16 años, asiste a la Escuela Nacional de Bellas Artes (Academia de San Carlos), de la ciudad de México.  En esta institución, toma clases de pintura con Germán Gedovius, dibujo al natural con Leandro Izaguirre y Sóstenes Ortega,  y anatomía con Carlos Dublán, desde 1924-1927. 
Posteriormente,  en 1930 recibió el encargo de fundar la Escuela de Pintura de Tabasco. En ese año junto con Isabel Villaseñor ejecutó un fresco al exterior de una escuela primaria de Ayotla, estado de México. Fundador de una escuela de pintura en Taxco, en  1932 presentó su primera exposición en la Galería José Guadalupe Posada y pintó frescos en la escuela para Mujeres, en la calle Cuba de la Ciudad de México. Enseñó dibujo en las primarias de la Secretaria de Educación (1932-1935) y se incorporó a las misiones culturales de 1936 a 1940); fue miembro fundador de la LEAR (Liga de Escritores Artistas Revolucionarios) y del Taller de Gráfica Popular. 


 Actualemente la exposición de Alfredo Zalce , se alberga en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce de Morelia, y la Casa de la Cultura de Morelia, Michoacán, así como en el Museo del Pueblo de Guanajuato y el Museo Olga Costa y José Chávez Morado en Guanajuato, Guanajuato (durante el Internacional Festival Cervantino), y en la Sala Nacional de Museo del Palacio de Bellas Arte en la ciudad de México.  La investigación de la muestra estuvo coordinado por la Coordinación nacional de Artes Plásticas y el Museo Estudio Diego Rivera del INBA.
Del mural al batik,  del grabado y la litografía al óleo, de la cerámica a la escultura y del duco al tapiz, entre otras técnicas, esta exposición constituye un gran mosaico de la prolífica y vasta creación plástica de Alfredo Zalce.
Finalmente en el 2003  Alfredo Zalce fallece el día 19 de enero, en su casa de Morelia, Michoacán

El pescador






Leopoldo Méndez





Leopoldo Méndez ocupa un sitio sobresaliente en la historia del grabado universal.Tanto en México como en el ámbito internacional, la obra y la vida de este importante artista del siglo XX son multifacenticas, destacando como grabador, pintor, profesor de dibujo, miembro del moviemiento estridentista, activista político, fundador de organizaciones artísticas, entre muchas otras actividades.

Leopoldo Mendez nació en la Ciudad de México el 30 de Junio de 1902. Desde muy pequeño mostró afición por el dibujo y a los dieciséis años ingresó a la Academia de San Carlos donde tuvo de maestros a Saturnino Herrán, Ignacio Rosas, Francisco de la Torre y Leandro Izaguirre. Después de tres años en la academia, asistió a la nueva Escuela de Pintura al Aire Libre de Alfredo Ramos Martinez en Chimalistac, pero se quejaba de que en ambos colegios no le era permitido dibujar cosas en movimiento, y sólo objetos y paisajes estáticos. Cuando logró el uso expresivo del dibujo, incorporando el sentido del movimiento, pudo ganar el dinero que necesitaba para vivir de su trabajo.
Fue a partir de sus prinmeros trabajos con los que desarrolló fuertes tendencias políticas que influenciaron no sólo su arte sino también otros aspectos de su vida. Sus ideales lo guiaron por un camino donde encontró amistades con artistas y escritores como Manuel Maples Arce, Germán Cueto, Arqueles Vela, Fermín Revueltas Sánchez, Ramón Alva del Canal, Germán List A. y otros, formando un grupo llamado Los Estridentistas. Eso le dio la oportunidad de vivir y trabajar en Xalapa, Veracruz, centro de este movimiento, de 1925 a 1927. Méndez declaró en una entrevista con Elena Paniatowska que fue bohemio durante su periodo en Xalapa y continuó diciendo que sus ideales políticos se volvieron más radicales, enfocándose en el ideal de la Revolución Mexicana, especialmente en Emiliano Zapata. Esto coincidió con el gobierno estatal del General Jara, pero cuando perdió poder, Méndez se mudó de regreso a la Ciudad de México y se unió al Partido Comunista Mexicano. Su tiempo en Xalapa y en otras partes de México rural le hizo apreciar las artesanías y arte folklórico mexicano, convirtiéndose en un coleccionista durante su vida
Hacia 1928 participó en las revistas Norte y Ruta de Veracruz, ya para entonces había ilustrado la revista Zig-Zag y algunas ediciones de libros como Los de abajo de Mariano Azuela.

Figura 5. El núcleo del grupo estridentista.
De izq. a dcha., Germán List Arzubide, Ramón Alva de la Canal, Manuel Maples Arce, Leopoldo Méndez y Arqueles Vela (Xalapa, Veracruz, 1925).

De regreso a la capital de México, Méndez afirmó su resolución de trabajar en el grabado, sin abandonar la pintura.
Para él, vivir era crear, era aportar una visión nueva del mundo, por lo cual, rechazaba la fanfarria banal, el brillo intrascendent, asi que supo mantenerse firme en sus concepciones, progresó en su disciplina y logró que su arte fuera estimado por su autenticidad y su fidelidad a los más nobles valores humanos.
Mientras algunos maestros del grabado moderno adoptaban una actitud general humanística ante la vida, Méndez se conducía con una intención militante, no temía poner en juego todas las ideas, pensamientos, intuiciones y visiones para fortalecer un lenguaje plástico al servicio de su mensaje de hombre profundamente comprometido en los cambios que marcaban su época.
Si exponía en sus dibujos y grabados el mundo como es, lo acompañaba una idea o un sentimiento implícito de protesta, para que la impresión estimulara los más profundos resortes morales y se sintieran las orientaciones que deben regir a la nueva sociedad.
Una muestra de Leopoldo Méndez, ilustre grabador mexicano
Grabados realizados por Leopoldo Méndez que muestran sus preferencias por el México nacionalista y social de aquellos años, además de íconos de nuestra historia.

A lo largo de sus casi 67 años de edad, Leopoldo Méndez creó una gran cantidad de grabados y dibujos que sirvieron para ilustrar la edición de libros y revistas, carteles y películas.







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martes, 2 de septiembre de 2014

Ukiyo-e

"Vivir únicamente el momento presente, entregándose en cuerpo y alma a la contemplación de la luna, de la nieve, de las flores de cerezo y las hojas de arce, cantar canciones, beber vino, divirtiéndonos simplemente flotando, flotando, sin dejarnos abatir por la pobreza ni permitiendo que trasluzca en el rostro, sino flotar a la deriva como una calabaza en la corriente de un río: esto es lo que llamamos ukiyo" 

Asai Ryõi (1661-1665), prefacio de "Ukiyo monogatari" (Cuentos del mundo flotante


Estampado Japones.

Esta forma de arte alcanzó su mayor grado de popularidad en la cultura metropolitana del Edo durante la segunda mitad del siglo XVII y a mediados del siglo XVIII. En el Edo se crea un mundo dentro de la ciudad, lleno de placeres denominado el mundo flotante (Ukiyo), en la cual se desarrolla una técnica de grabado policromo, mediante la xilografía caracterizada por la captación de escenas espontaneas y placenteras de la época, como lo era el teatro Kabuki, el erotismo, retratos de Gishas, samurais, luchadores de sumo, gente viajando por la ruta Tokaido, la cosecha de arroz, el monte Fujial, etc.
El proceso de trabajo del Ukiyo-e incluía varias etapas, la primera de ellas, consistía en que el pintor dibujara con tinta china las lineas que conceptualizaran la ilustración, luego el tallador pegaba una copia calcada del dibujo en la plancha de madera; posteriormente, el impresor hacía un juego de pruebas con tinta china, para que el pintor indicara el color de cada parte del dibujo y así el grabador elaborara una plancha para cada color de la impresión.

Algunos de los destacados fueron: 

Hiroshige Ando(1797-1858),


Hokusai Katsushika (1770-1849), 


Utamaro Kitagawa (1754-1806),


Szuki Harunobu (1725-1770) 



martes, 19 de agosto de 2014

Francisco de Goya y Lucientes.

Francisco de Goya y Lucientes nació el 30 de marzo de 1746 en Fuendetodos, España. Fue un artista plástico que se desempeñó en el área de pintura y grabado, destacando a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
En un inicio, Goya representaba temas populares y costumbristas, comenzando por retratar a personajes destacados de la escena política y social de su tiempo; también realizaba obras religiosas que le otorgaron gran prestigio. 
Sin embargo, no fue hasta 1793, que a consecuencia de una grave enfermedad, comenzó a acercarse a una pintura más creativa y original, que expresaba temáticas menos amables que los modelos que había pintado. Además, su obra refleja el terrible periodo histórico en que vivió, destacando las atrocidades cometidas donde las víctimas son siempre los individuos de cualquier clase y condición.

Los Caprichos, son un claro ejemplo de esta visión, en la cual mediante  ochenta y cuatro grabados  expresa claramente temáticas como la corrupción de las costumbres, en las que tienen un gran papel la prostitución y el celestinaje; también trata temas como la superstición y la brujería, el anticlericalismo, apoyado en los vicios de los clérigos y en su poder sobre las personas y la ignorancia. Siendo de esta manera, la forma en que Goya se sirve de la ambigüedad para dar una visión crítica.